Control centralizado: La característica más destacada de este sistema es que una gran parte es controlada por un poder centralizado; a menudo, un gobierno federal. Este tipo de economía tiende a desarrollarse cuando un país se encuentra en posesión de una gran cantidad de fuentes valiosas. A menudo el gobierno será el propietario de todo el proceso industrial, desde el equipamiento hasta de las instalaciones.

Supuestas ventajas: Puedes ver cómo este tipo de economía llegará a generar malestar en la población general, a lo largo del tiempo. No obstante, existen varias ventajas potenciales mientras el gobierno utilice regulaciones inteligentes. Primero de todo, una economía dirigida está capacitada para crear un suministro saludable de sus propias fuentes y, generalmente, recompensar a su propia gente con precios razonables (pero como está regulado por el gobierno, este es el que impone en última instancia el precio).
No obstante, no hay escasez de puestos de trabajo, de forma similar a una economía de mercado en la que se pretende crecer y crecer a partir de su población.
La mano en la masa: De forma interesante – o quizás, previsible – el gobierno con una economía dirigida solamente desea controlar sus fuentes más valiosas. El resto de actividades, como la agricultura, son dejadas a un lado para ser reguladas y dirigidas por el resto de personas. Esta es la naturaleza de este sistema económico. Muchos de los gobiernos comunistas residen en esta categoría.
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