lunes, 20 de marzo de 2017

Corrupcion de la Economia en Mexico

De acuerdo con organización de la sociedad civil Transparencia Internacional, podemos entender por corrupción el abuso del poder concedido para uso personal y bajo esta lupa es que publica usualmente en los últimos meses del año, el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que mide la corrupción percibida en el sector público de cada país.
Este 2012 el IPC evaluó a 176 países, de los cuales, dos tercios obtuvieron una calificación desfavorable, inferior a los 50 puntos considerando 100 como el puntaje más alto que se puede obtener.
Destacan como países menos corruptos Dinamarca (90), Finlandia (90), Nueva Zelanda (90), Suecia (88) y Singapur (87). En América los mejores evaluados son: Canadá (84), Barbados (76), Estados Unidos (73), Chile (72) y Uruguay (72). Sin embargo, más de la mitad de los países están por debajo de la media.
México se encuentra en la posición 105 con una puntuación de 34. Es importante destacar que en este tipo de índices no es tan importante la posición como el puntaje. Sólo para dar un ejemplo, podemos decir que compartimos el lugar 105 con otros 7 países: Argelia, Armenia, Bolivia, Gambia, Kosovo, Mali y Filipinas.
Desde su creación, en 2001, el IPC ha evaluado a nuestro país en el rango de los 30 puntos lo que nos tiene posicionados como un país corrupto con una calificación reprobatoria. Aunque parezca lejano, esta incómoda posición tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida, por ejemplo:

- En primera instancia, los niveles de desconfianza entre todos los actores sociales se elevan. Ciudadanos, autoridades y empresarios desconfían unos de otros elevando los costos de transacción que se dan entre ellos. “Como yo desconfío del otro, elevo mis controles para que no me perjudique”. Esto provoca que la economía sea poco competitiva, lenta para tomar decisiones y cara. Un ejemplo claro de esto es el costo de nuestro sistema electoral, debido al alto grado de desconfianza, el simple costo de la credencial de elector es muy alto.
- Esta situación también permea el capital social, es decir, la colaboración que existe o puede existir entre los distintos grupos sociales de una comunidad. Por ejemplo, cuando existe desconfianza entre las organizaciones de la sociedad civil y sus empresarios, en lugar de tener esquemas de colaboración que agreguen valor a las propias comunidades, se generan esquemas de competencia en donde la intención es estorbar la labor de los otros y no la de colaborar mutuamente.

- Se ahuyenta inversión en el país debido a que no hay certidumbre de los costos reales de los proyectos ni del tiempo para lograrlos. Si yo como empresario voy a construir una plaza, pero no contemplo que los funcionarios municipales me pedirán 10% del proyecto para autorizarme los permisos, todas mis estimaciones se me pueden venir abajo. Los inversores nacionales y extranjeros necesitan certidumbre de que lo que se ofrece se va a cumplir tanto en costos como en tiempos.


Estoy convencido de que para combatir la corrupción no son suficientes las iniciativas gubernamentales por más bien intencionadas que sean. La raíz del combate a la corrupción viene del convencimiento de una sociedad que no quiere ese tipo de actitudes en su entorno y que repudia, de manera clara, cualquier acción de este tipo y para lograrlo se necesita cumplir una sola condición: el compromiso, lo que implica que cada ciudadano, en su día a día, debe actuar congruentemente con este rechazo a la corrupción y mostrar respeto a las leyes existentes. Es este compromiso el que no estoy seguro que quieran adoptar muchos mexicanos.

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